Durante mis veinte años de experiencia laboral he realizado tratamientos de restauración para clientes particulares, para la Iglesia, diferentes Instituciones Oficiales, Ayuntamientos, Fundaciones, Galerías de Arte, Anticuarios, Coleccionistas y Compañías de Seguros.
Siempre practicando la mayor profesionalidad, realizando servicios de calidad y bajo las directrices del código deontológico de la conservación y restauración de bienes culturales; Que basa la conservación en los tratamientos realizados sobre una pieza para eliminar los procesos de degradación que deterioran al objeto y para protegerlo ante futuras alteraciones. Aquí entra la estabilización del estado actual de la obra, el saneamiento general y eliminación de las causas de su alteración y la protección contra factores nocivos y destructivos de su entorno.
Y la restauración, como los procesos y trabajos que clarifiquen y resalten la realidad estética de la obra, sin modificar el original, sin imitar ni falsificar, y con técnicas y materiales que cumplan siempre los requisitos de reversibilidad, reconocimiento y respeto por la misma.
Realizo todas las intervenciones estudiando previamente su estado de conservación y su historia material, apoyándome en el estudio histórico y de imágenes con diferentes técnicas, con el fin de determinar qué tratamientos y con qué materiales se efectuará la mejor práctica sobre la pieza. Considero que todas las obras de arte son objetos únicos e irreemplazables.